martes, 8 de junio de 2010

VIER MAL VIER (Exposición colectiva de poesía experimental) Inauguración 10 de Junio 2010

VIER MAL VIER

(Exposición colectiva de poesía experimental)

CÁCERES 10 AL 20 DE JUNIO DE 2010. Inauguración 10 de Junio a las 21:30 horas.

ANTONIO GÓMEZ

PURA MARTINEZ

JUAN MANUEL BARRADO

ANTONIO ORIHUELA



ANTONIO GÓMEZ


JUAN MANUEL BARRADO

ANTONIO ORIHUELA

PURA MARTINEZ


Tierra de todos
Poesía para ver
Desde ahí unos objetos nos miran. Imágenes. Ideas. Poemas. En las fronteras difusas entre arte y poesía –que no son fronteras, sino territorios superpuestos- el pensamiento se materializa y toma cuerpo visible y a la vez legible. La poesía visual (utilicemos, por comodidad, el nombre genérico) estira la percepción sensorial hasta llevarnos, paradójicamente, a la profundidad del intelecto. Es una poesía que nos dice cosas, que denuncia, que informa, que proclama, que protesta, pero que también se dice a sí misma, interrogándose e interrogándonos sin cesar por los límites de lo poético. Nos pone delante de los ojos (literalmente) la materialidad y el cuerpo de las ideas. El modernismo nos trajo la constancia de que el arte puede ser objeto del arte. El posmodernismo nos confirma que la meditación sobre el arte puede también ser objeto del arte.
Los poetas/artistas manipulan la realidad, la condensan, la ponen al bies, la observan de soslayo para proponernos el concepto, la reflexión, el pensamiento. Saben ver la existencia en un fragmento de madera, de papel o de metal, y saben atar esos pedazos para producir nuevos significados o para interpretar el mundo con ojos reveladores.
La poesía visual huye de recetas universales para interpretar las obras. Cada poema es un objeto autónomo que establece sus propios códigos, comprometiendo con ello las expectativas con que el receptor se acerca a él, y mezclando las características que Lessing quiso separar tan nítidamente: el espacio y el tiempo, la imitación y la expresión, el silencio y la elocuencia, el ojo y el oído, los signos naturales y los signos arbitrarios. Por ello, la propia actividad de la interpretación se altera en su esencia, al mezclarse irremediablemente con otra actividad simultánea, que es la percepción.
¿Qué tiene esto de poesía?, preguntan algunos. Es pregunta ociosa. Tan ociosa como intentar averiguar qué tiene de poético un verso de Eliot. No son las metáforas, no son los temas, no es ni siquiera el lenguaje, que en muchos casos ya no está. Es la conciencia comunal de autores, receptores, transmisores, curiosos e interesados; es también la constatación institucional (incluso en el buen sentido) de los expertos y las sedes de estudio, de los agentes de propagación, de las asociaciones y colectividades, aquí y en todo el planeta.
¿Qué tiene esto de arte?, preguntan otros. Nueva cuestión estéril. Tan estéril como interrogarse qué tiene de artístico la rasgadura en un lienzo de Fontana. No es la ejecución pulcra o fulgente, no es el modo de recepción en exposiciones, no es por supuesto la anécdota, que casi desapareció hace un siglo de las artes plásticas. Es, otra vez, un pacto entre los agentes de producción, reproducción, transmisión y análisis.
Por tanto, eres tú, lector, contemplador, como parte de esa comunidad, el que dota de sentido a estas obras. Sitúate en la borrosa frontera, que no es tierra de nadie, sino tierra de todos. Modifica, si es preciso, tus estrategias de recepción y de interpretación. Abre tus sentidos tanto como tu intelecto. Mira. Piensa. Y, sobre todo, disfruta.
VICTORIA PINEDA
Profesora titular de la Universidad de Extremadura

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